
Nuestro proyecto AH423, frente a la bahía de Altea, fue todo un desafío técnico y topográfico. En lugar de imponerse sobre el terreno, la arquitectura de esta vivienda se adapta, se apoya y se abre al paisaje mediterráneo.
En este artículo, vamos a explicarte cómo fue el proceso, los retos que afrontamos y las soluciones que pusimos en marcha para acometer la obra.
Construir en la montaña, un reto de precisión
El punto de partida fue un terreno con una fuerte pendiente, que exigió un movimiento de tierras milimétrico y una cimentación especial mediante pilotes. Este sistema permitió anclar la vivienda al terreno rocoso y garantizar su estabilidad sin alterar la topografía natural.
Desde los primeros esbozos, el equipo entendió que la clave estaba en respetar el entorno. Cada decisión en el proceso se tomó para dialogar con la montaña y aprovechar al máximo las vistas.
Estructura y ligereza visual

Las grandes luces y voladizos definen la identidad de la vivienda. La estructura se diseñó para generar espacios abiertos, continuos y luminosos, donde la técnica se pone al servicio de la sensación de amplitud.
El resultado es una casa que parece flotar sobre la ladera, con una presencia ligera y un lenguaje arquitectónico limpio, donde los límites entre interior y exterior se diluyen, fomentando una visión completamente armónica con el paisaje.
El mar como horizonte

Una de las premisas del proyecto fue la de orientar la vivienda hacia el mar. Las vistas a la bahía de Altea marcan la vida en el interior y se prolongan hasta el exterior con una piscina desbordante que se funde con el mediterráneo. Desde cualquier punto de la construcción, el paisaje se convierte en parte de la experiencia cotidiana.
Además, el proyecto se concibe a partir del contraste entre la base revestida en piedra natural y el volumen blanco superior, que refleja la luz y aporta ligereza visual. También incorpora aislamiento exterior, carpinterías de altas prestaciones y sistemas de climatización de alta eficiencia energética.
Por último, el jardín que rodea la vivienda refuerza la conexión entre arquitectura y el entorno natural. Las especies autóctonas, los recorridos exteriores y los distintos niveles ajardinados acompañan el movimiento del terreno, generando una transición suave entre la casa y la montaña.
Arquitectura que se convierte en paisaje
El proyecto AH423 refleja la filosofía de CU4, crear espacios que no solo respondan a la técnica, sino que también dialoguen con la naturaleza y mejoren la vida de quienes los habitan.
En esta vivienda, la precisión estructural, la serenidad formal y el respeto por el entorno se unen para dar forma a una arquitectura que no busca destacar, sino pertenecer.





